miércoles, 9 de septiembre de 2009

Shota

Era una mañana muy tranquila en el bosque. El viento corria por los árboles con su susurro. Los animales despertaban tranquilos, salían de sus casas para buscar alimento y agua. Los pajaros salían a volar un rato para ver el bosque aún con el rocío de la mañana, tan refrescante como siempre. El cielo estaba despejado, excepto por alguna nube que podría haber.
Y en el cielo algo volaba, inmenso, bello, poderoso: era el guardián del bosque, también llamado Shota.
Era el encargado de vigilar el bosque de incendios, humanos cazadores, o cualquier criatura dispuesta a dañar los árboles o a los pequeños animales, a cambio de la proteccion del bosque y de no actuar a la hora de la caza de los depredadores, ellos tenían que cazar cada mes a una ninfa para darsela en forma de ofrenda al Gran Dragón. Pero no aceptaba a ninfas cualesquiera, él quería ninfas adolescentes, aunque nadie sabía el motivo.
Un dia ocurrió lo peor: la ninfa que sería alimento del dragón, no llegó a morir del todo el dia de la caza, así que se marchó, pues lógicamente no quería ser el alimento de un dragón. Shoto, al ver el mal trabajo de los animales por conseguir su alimento del mes, enfureció, pues sin su energía semestral no podría vivir mucho tiempo. Estuvo un día completo gritando y lamentando la existencia de los animales, destruyendo el bosque con su fuerza bruta, pues ya que seguramente moriría, no se iría así por las buenas.
Cuando el bosque se enteró de la noticia de que su defensor moriría, y lo peor, que estaba destruyendo el bosque, animales y criaturas del bosque comenzaron a buscar a la joven ninfa, de nombre Kokoro. Se movilizaron por tierra y aire, bajo tierra, en los árboles, en las cuevas... pero no había forma de encontrarla.
El dragón enfureció, y comenzó a aumentar la destrucción, llevandose por delante a todo aquel que se cruzara en su camino.
Mientras, tras una pequeña catarata, se escondía Kokoro, asustada por lo que estaba ocurriendo por su culpa. Se puso a llorar, pues el bosque la odiaría, pero por otro lado no quería morir.
Pasaron dos días y el bosque se tranquilizó. El rumor de que el dragón estaba muriendose y sin fuerzas, y todo el mundo le echaba la culpa a Kokoro. La tercera noche, oyó en su cabeza una voz llamandole, en el fondo de la pequeña gruta. Comenzó a caminar, y conforme andaba, la gruta se hacía más y más grande, hasta que llegó a la salida, donde había una cavidad enorme, y allí se hallaba Shota, inmovil y pálido. Ella se acercó a su cabeza, y el dragón la miró a los ojos. Ella se asustó, pero aún así le habló.
"¿Porqué solo te alimentas de ninfas?" - fue lo único que se le ocurrió decir.
"Porque es lo único que mi cuerpo tolera, ya que antes yo era un ser de tu especie " - su voz sonaba como un susurro, era muy penetrante. Kokoro puso cara de sorpresa. "La tradición dice, que cada mes debo comerme a uno d mi especie, ya que yo antes lo era, y es lo único que me da fuerzas para seguir con vida: el tener un cuerpo de ninfa en mi interior... Te preguntarás porqué de adolescente y encima hembra... pues porque soy macho. Entonces, cuando yo muera, y tu te transformes en el Dragón Guardián, te alimentaras únicamente de machos jovenes de tu especie, ya que tu también eres joven, y por esa regla, deduciras, que yo tuve tu edad cuando el antiguo dragón Haro murió, porque hice lo mismo que tú: uir... Te cuento esto, porque aunque te hubieras entregado a mí una hora despues de la puesta para el sacrificio no habrías podido, pues, tienes que alimentarte a la misma hora todos los meses el mismo dia, o si no, no podras recuperar tu poder y morirás, dejando como nuevo guardián a aquel que fue tu asesino"
La chica tragó saliva... ¿Asesina? "¿Y porqué me cuentas todo esto, Shota?"
"Porque, ahora que me apenas me queda vida, has de saber tu cometido, que es el mismo que el mio, pero no te confundas de manjar, pues solo podras comer lo que te he dicho... Ya que en cuanto mi luz se apague en mis ojos, mi poder pasará a ti, transformandote en la nueva guardiana"
"Y cuanto tiempo te queda?"
"Son Cuatro días los que me queda por agonizar... Pero no se cumplirán ya que yo moriré antes de que el sol caiga, no cuando haya caido..."
La ninfa se preguntó porqué diría eso el dragón, pero él no habló mas... Solo salió de él una energía muy potente, y mientras Kokoro miraba, observó como las plantas y los hogares de todos los animales y criaturas se reconstruían, en señal de perdón a su mal orgullo... A continuación de aquel arreglo del bosque... el dragón murió, así transformandose Kokoro en la nueva Guardiana del bosque, y así afrontar su destino... hasta el día de su muerte...

1 comentario:

  1. Esta muy wapo aunque como te dije el final deja un poco que desear pero te entiendo xDDD por la noche cuesta no irse a dormir xDDD Suerte y sigue asi!!!

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