martes, 27 de octubre de 2009

Mal sueño

Me desperté tras un largo sueño inquietante, me sentía extraña, asustada... Había parecido tan real... Estaba completamente a oscuras y no oía nada, ni siquiera mi propia respiración. "Vaya nochecita..." Pensé. Me quedé quieta, y me puse a recordar aquel sueño...:
Había salido con Lucía, mi mejor amiga, para irnos de fiesta con nuestra gente. El camino era largo así que nos fuimos temprano andando, ya que no nos apetecía ir en ningún tipo de medio de locomoción. Ibamos hablando tan tranquilas, de nuestras cosas, de nuestros novios, con los que nos encontraríamos en la fiesta. Siempre nos lo habíamos contado todo, de hecho hace unos años, compartimos una experiencia íntima... Pero lo dejamos en "cosas de adolescentes". Ahora que tenemos ya veinticuatro años, recordamos eso como una experiencia, un recuerdo; pero en esa época la verdad, nos daba mucha vergüenza hablar de lo que sucedió. Nos reímos, mientras hablábamos de la anécdota. La calle estaba tranquila, la verdad, había poca gente, mas que nada porque era puente, y la gente estaba ya de fiesta o en la playa.
Tras veinte minutos caminando, Lucía y yo nos encontramos con Pedro y Raúl, nuestros novios, a los que saludamos con un beso. Ahora los cuatro de la mano, caminamos hasta el garito que habíamos alquilado para la fiesta. Era una ocasión especial, Juan y Mario celebraban sus cuatro años juntos. Habían sido una pareja envidiable la verdad, nunca discutiendo y siempre ayudandose mutuamente, a pesar de las discriminaciones de sus familias o de gente que ellos consideraban amigos...
Llegamos a la fiesta, y los saludé a ambos de un gran abrazo, felicitandoles; como hizo todo el mundo. La fiesta fue perfecta: Baile, comida, alcohol... no faltó nada... nada...
Empezó a desmadrarse, gente que era la más decente de la tierra, comenzó a cambiar su caracter, convirtiendose en la más indeseada. Chicas, tímidas, convertidas en leonas tras un hombre. Una imagen horrible. Lucía con su novio, llevaban ya media hora metidos en el aseo de chicas, y era mejor no entrar. Y Raúl bailando, restregandose con todas... Me entaron los celos y el miedo a la vez, pues viendo la escena esa, era mejor pararla, para que no fuera a más. Cogí a Raúl de la camiseta y lo arrastré hacia afuera, para que le diera el aire. Estuve todo el rato a su lado, abrazándolo, hasta que se le pasó un poco. Me pidió perdón, y yo sonrei y le besé, era una forma de decir que le perdonaba...
Tras diez minutos, oimos un grito dentro, llamando a Lucía, me bajé la camiseta, i me abroché el pantalón mientras el sacaba su mano de ahí, y a continuación nos miramos confusos. Entramos al garito, y la escena era horrorosa: Lucía estaba desnudandose, con una copa en la mano mientras su novio la paraba, pero no había forma. Parecía un robot, pues su movimiento uniforme de empinar el codo era hasta hipnótico. Era una copa tras otra. Yo estaba muy nerviosa, corrí hacia ella para frenarla, pero lo único que hizo fue meterme mano y bailar pegandose a mí. Le dí un empujón para apartarla, y calló al suelo. Se levantó enfadada y se puso a chillarme diciendome todos los insultos que sabía y se acordaba. Mario y Juan la cogieron, sujetandola bien fuerte para que no se fuera de las manos, pero ella pataleaba, y acabó dandole un codazo a Juan, haciendole sangre en el labio. Consiguió soltarse y se lanzó hacia mí, pero la conseguí esquivar. Miró a todos lados, como buscando algo, y encontró una botella de cerveza de dos litros a mitad. Se la empezó a beber, parecía que no acababa nunca, y antes de acabar, cuando quedaría la mitad de la mitad, paró. La botella se le resbaló de las manos, y ella se quedó inmóvil. Se puso blanca, y comenzó a vomitar, y a la vez lloraba. Cuando acabó, nos miró a todos, hasta terminar fijando su vista en Pedro, y se desmayó.
La continuacíon del sueño se me hace borrosa, pues apenas veía nada, mis ojos lloraban, y no recuerdo porqué...

De pronto, llamó mi madre a la puerta diciendo: "han llamado del hospital, Lucía ha muerto"